El mercado laboral actual es tan difícil y competitivo, ¿por qué dificultar aún más la contratación y retención de las personas adecuadas para tu empresa? Demasiadas empresas se centran en cubrir puestos vacantes, pero descuidan la preparación de los recién contratados (así como de los empleados veteranos) para puestos de mayor responsabilidad y liderazgo.

Centrarse en el desarrollo de los empleados, con vistas a convertir a grandes empleados en líderes excepcionales, no sólo beneficia a la empresa a largo plazo, sino que puede ser una estrategia de contratación muy atractiva para futuros empleados.

A continuación, se ofrecen consejos sobre el desarrollo de los empleados que pueden dar lugar a un nuevo liderazgo fuerte para tu empresa:

1. Ofrece retroalimentación continua.

Un empleado destinado a un puesto de liderazgo puede beneficiarse enormemente de una retroalimentación continua. Explora diferentes opciones de "ciclos de feedback", desde reuniones individuales periódicas hasta sesiones trimestrales en profundidad para debatir el rendimiento y los objetivos. Enfoca tu retroalimentación de forma que resalte el valor que este empleado aporta a la organización, con comentarios constructivos sobre cómo solucionar lo que pueda no estar funcionando.

2. Actúa como mentor o elige uno dentro de la empresa.

Nada contribuye más al desarrollo de los empleados que un proceso de mentoría bien estructurado. Por supuesto, no todos los directores generales o propietarios de empresas tienen tiempo para dedicarse a esta responsabilidad, pero otro ejecutivo o supervisor experimentado podría ser perfecto para el papel. Además de acelerar la curva de aprendizaje del empleado, la mentoría ofrece muchas experiencias de formación cruzada, que de nuevo ayudan a desarrollar las habilidades de liderazgo.

3. Crea un sentido de compromiso y autoridad.

Facultar a los empleados para que tomen decisiones concretas sobre su trabajo puede contribuir en gran medida al desarrollo del liderazgo. Esto significa confiar en su madurez y en su capacidad para tomar decisiones. También genera un sentimiento de "propiedad" sobre el rumbo de la empresa, un paso de gigante para mantener la creatividad y el compromiso de los empleados.

4. Apoya las actividades de networking.

Un líder en potencia debe conocer lo mejor posible todos los aspectos de la organización. Con ese fin, dice el experto en gestión del talento Andre Lavoie, fomenta "la creación de networking dentro del lugar de trabajo durante las horas de comida o en eventos después del trabajo". A partir de ahí, apoya sus esfuerzos por establecer contactos con representantes del sector más allá de los muros de tu lugar de trabajo. Esto enseña a los empleados "a forjar conexiones poderosas, iniciar conversaciones con desconocidos y actuar con la confianza de un líder".

5. Formaliza las oportunidades de crecimiento dentro de la empresa.

Un empleado que ve un futuro brillante en tu empresa está destinado a desanimarse si siente que se le ha pasado por alto para un puesto de mayor nivel. Si estás realmente comprometido con el desarrollo de los empleados, haz saber a toda la plantilla que, cuando se abran nuevos puestos, la política de tu empresa es intentar contratar primero a los de dentro. Traer a una persona con talento y experiencia a través de las filas, cuando él o ella posee conocimientos ganados con esfuerzo sobre cómo funciona el negocio y la mejor manera de servir a los clientes, puede ser otra arma poderosa en tu arsenal de retención de empleados.

6. Ofrece formación avanzada relacionada con el trabajo.

Un empleado que se esté preparando para el liderazgo probablemente tendrá ciertos "déficits" que habrá que abordar, desde habilidades blandas como la comunicación hasta conocimientos más avanzados sobre operaciones empresariales. Proporcionar ayuda financiera y otras ayudas para que esos empleados asistan a talleres, seminarios u otras sesiones de formación puede aumentar significativamente su base de conocimientos, lo que se traducirá en una persona más segura y completa.

Toda empresa depende de que se incorpore al sistema una nueva generación de líderes. Al promover activamente las oportunidades de desarrollo de los empleados, tanto el individuo como la empresa se benefician: todos salen ganando.